LA MAGIA DE LA MÚSICA, AL ESTILO LITERARIO DE UNA MEMORIA DE JOSÉ SARAMAGO*

Una Noche en Casa da Música – Memorias de un Viajero

Esa noche dejé de lado las palabras y los pensamientos y me entregué en cuerpo y alma a la velada en la Casa da Música, en esa ciudad de abrazo que es Oporto. Una estructura arquitectónica que desafía las leyes de la gravedad y la imaginación, este espacio para conciertos se erige como una maravilla del diseño contemporáneo. Mientras caminaba por sus pasillos de vidrio y cemento, admiré su robusta presencia en la ciudad.

El interior de la Casa da Música es tan intrigante como su fachada. Las líneas geométricas, los amplios espacios y la iluminación casi etérea crean un escenario donde la música misma parece bailar en el aire. Como si las notas musicales cobraran vida propia, manifestándose a través de la arquitectura y la luz.

El concierto estaba a punto de comenzar y el público se encontraba inmerso en un ambiente de expectación y anticipación. Ocupé mi lugar en la sala principal, observando las sillas y los rostros a mi alrededor. Allí se reunieron personas de todas las edades y procedencias, unidas por la promesa de la música y el hambre de belleza.

La orquesta empezó a afinar los instrumentos, los músicos ocuparon sus lugares. Los ojos del público estaban fijos en el escenario. Me sentí parte de un todo mayor, un testigo silencioso de la magia que estaba a punto de suceder.

Cuando se levantó la batuta del director y los primeros acordes llenaron la sala, sucedió algo extraordinario. Las notas musicales fluían como una corriente. La música es un lenguaje universal que trasciende las palabras y los límites del entendimiento. Cada pieza musical es como un capítulo de una historia profunda y compleja. Las melodías son personajes, las armonías son los conflictos y resoluciones. A medida que la música fluía, me sentí transportado a diferentes estados de ánimo y emociones. Era como si mis propias experiencias y recuerdos estuvieran entrelazados con las notas y ritmos que llenaban la Sala Suggia.

Siempre es reconfortante sentir la conexión entre la música y el alma humana. La música no es sólo un sonido; es una expresión de emociones, esperanzas y sueños. Un lenguaje que habla directamente al corazón y a la mente. Una experiencia que trasciende las barreras lingüísticas y culturales.

Cuando sonó el último acorde en la sala, el público estalló en aplausos. Todos nos pusimos de pie, unidos en gratitud y comprensión mutua de que acabábamos de presenciar algo verdaderamente especial. La Casa da Música, con su arquitectura innovadora y su perfecta acústica, sirvió como el escenario perfecto para esta experiencia musical única.

Al salir de Casa da Música me sentí más viva, más conectada con el mundo y con mi propia humanidad. Les dejo este homenaje a la belleza de la música, la innovación de la arquitectura y la capacidad del arte para unir las almas humanas. Mi yo que escribía y mi yo que escucha se encontraron esa noche en la Casa da Música, y ambos quedaron magistralmente tocados por la magia de la música y la vida.

*Esta memoria, recreada en el estilo literario de José Saramago, es un ejercicio que une la creatividad de la mente humana con la capacidad de la inteligencia artificial para recrear la maestría del premio Nobel de Literatura portugués. Le pedimos a Saramago que capturara la esencia de una noche en la Casa da Música a través de las palabras; Saramago sabe, como nadie, revelar la belleza escondida en la complejidad del arte y del mundo.